Prov 31:11-12
“El corazón de su marido está
en ella confiado y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal Todos los
días de su vida.”
Esta vez el tema
está mas bien dirigido a las mujeres casadas y no se preocupen las solteras pueden leerlo claro que si! Mucho
mejor, para cuando les llegue el momento saber cómo actuar según describe a
esta mujer virtuosa.
Este versículo 11
nos habla del corazón de su marido, pero no se refiere a que lleves a tu esposo
a un cardiólogo, no se refiere a eso sino al corazón espiritual.
La mujer
virtuosa sabe cómo cuidar el corazón de su esposo! No hay mejor cosa mi querida
hermana que tengas un esposo que confié plenamente en ti, que este tranquilo
porque sabe que si necesita desahogarse, primeramente buscara del Señor pero
sabe que te tiene a ti para recibir tu sabio consejo. El sabe que ella es su más
maravillosa amiga y confidente.
¿Estás segura
que tu esposo confía plenamente en ti en todos los aspectos?
Hay mujeres que
lamentablemente le hacen mal a sus esposos, en vez de ser su ayuda idónea son
su “mal idóneo”. No hay mujer más necia que esta, la que es piedra de tropiezo
para su marido.
Una mujer
virtuosa actúa como tal, si nuestra estima es mayor que las piedras preciosas,
debemos comportarnos a ese mismo nivel. Cuando actuamos como nos da la gana,
hacemos lo que mejor nos parezca, gústele o no a nuestro marido, sin importar
lo que el piense, créame cuando le digo que usted está en desobediencia y se
encuentra lejos de llamarse una mujer virtuosa.
No hay algo más
hermoso que nuestros esposos puedan confiar plenamente en nuestros consejos
porque saben que somos mujeres sabias, porque estamos en comunicación constantes con
el Señor por tanto nuestro consejo puede ser de gran ayuda.
Es increíble saber
que tenemos en nuestras manos el corazón de nuestro marido, así como podemos
bendecirlo, así mismo podemos también destruirlo. La esposa cristiana reconoce
el orden establecido por Dios, y cuando sigue ese rol, sabemos ser su ayuda y
colaboradoras. Si por el contrario no respetas el orden establecido por Dios de
sujetarte a tu marido, de ser su ayuda idónea entonces solamente le darás
dolores de cabeza y en vez de darle el bien le darás el mal. Sera un hombre frustrado,
cargado, desconfiado etc.
“No carecerá de
ganancias” Como mujeres sabias, virtuosas nada nos faltará, no necesitamos de
caprichos para sentirnos bien. Una mujer virtuosa tiene todo lo que
necesita, lo que su esposo se ha encargado de proveerle, lo que Dios le ha
placido darles eso será suficiente!
Este mundo de lo que se encarga es de mostrarnos lo contrario, que nuestros maridos son los que tienen que complacernos y comprarnos de todo para ser felices, pero para ser felices no necesitamos estas cosas materiales y superficiales, lo único que necesitamos es el amor mutuo y por supuesto que Cristo sea el motor de nuestro matrimonio. Lo demás no es malo pero viene por añadidura! no es lo esencial para nuestra felicidad.
Este mundo de lo que se encarga es de mostrarnos lo contrario, que nuestros maridos son los que tienen que complacernos y comprarnos de todo para ser felices, pero para ser felices no necesitamos estas cosas materiales y superficiales, lo único que necesitamos es el amor mutuo y por supuesto que Cristo sea el motor de nuestro matrimonio. Lo demás no es malo pero viene por añadidura! no es lo esencial para nuestra felicidad.
En resumen
querida hermana, como mujer virtuosa, con la reflexión de hoy entendemos que
nos debemos cuidar y no hacer el mal a nuestros maridos, debemos hacer que
ellos se sientan CONFIADOS, que ambos podamos estar tranquilos porque nuestro carácter
refleja a CRISTO! No seamos necias! Seamos de ayuda idónea para nuestro marido
y no piedras de tropiezo.
Y si eres una
mujer cristiana y tu esposo es inconverso, son las mismas reglas!!
1
Pedro 3:1-6 “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos;
para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra
por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa.
Dios te bendiga,
Iris Medina
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